El camino central distribuye el espacio y nos lleva a la zona estancial de comedor, enfrentada a la casa. Así, la pradera central queda dividida en dos, una parte más reducida, asociada a la piscina; y otra más amplia en el lado opuesto.
En la piscina se han puesto unos espejos que proporcionan una sensación de profundidad y crean la ilusión de continuidad más allá del límite de la parcela.
Elementos como los manantiales de rocas y la plantación provocan un fuerte contraste con las texturas finas, como la pradera y las láminas de áridos.